Creo que en primer lugar habría que diferenciar los dos grandes grupos que surgen de la planificación de la actividad. En primer lugar el comité científico formado por profesionales comprometidos que han aceptado implicarse en la organización del evento. En este caso, en principio, no seria necesaria la moderación. En un primer momento se estableció la ausencia de jerarquías y se apostó por un modelo de trabajo cooperativo. De este grupo saldrán los lideres/moderadores de las líneas de debate que determinaran los trabajos online del posterior evento ofline.
El segundo gran grupo lo conforman los miembros de la red interesados en participar y es aquí donde deberíamos prever una moderación. En este grupo identificaremos a los diferentes perfiles participativos: los que quieren enlazar (linking), los que quieren ver (Lurking) i los que quieren aprender (learning). En este escenario participativo, el moderador debe de diseñar una estrategia comunicativa y de moderación que sea capaz de transformar la curiosidad de los que enlazan en activos “comentaristas” y “contribuyentes” con capacidad de aprender y compartir conocimiento.
En este contexto la figura del e-moderador es clave y entre sus habilidades estarían las de escuchar, moderar, conectar y reforzar. Su función será la de asegurar que todos los participantes puedan llegar a liderar una parcela del debate, para ello debe de facilitar la participación, siguiendo un modelo de comunicación horizontal pero sin caer en el laisez faire. Asumiendo un liderazgo “débil” debe de estimular el debate, animando y reforzando las aportaciones de los participantes, mediando en los conflictos que puedan aparecer, fomentando la formación de vínculos emocionales, permeabilizando los límites de la comunidad para aliarse con otras comunidades.
Con una buena moderación la expansión del evento nos aportará muchas satisfacciones profesionales y personales.
http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/03/semana-6-gestion-del-conocimiento-20.html
